En el Día Internacional de los DD.HH., se resalta la labor de los Cónsules de Derechos Humanos
December 11, 2024
Al conmemorar un aniversario más de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948 en París (Francia), el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC) ratifica su compromiso para garantizar los Derechos Humanos de las personas privadas de la libertad (PPL).
Este miércoles 11 de diciembre en el Salón de la Constitución del Congreso de la República, con la asistencia de la ministra de Justicia y del Derecho, Ángela María Buitrago y del director general de INPEC, Teniente Coronel Daniel Fernando Gutiérrez Rojas, se llevó a cabo el evento de reconocimiento con la Medalla por los Derechos Humanos ‘’Antonio Nariño’’, el Distintivo de Derechos Humanos y Felicitación Especial a varias personas, agrupaciones y ONG’s, al igual que a servidores penitenciarios por su contribución en pro del respeto, garantía, promoción, defensa y difusión de los Derechos Humanos como su aporte para mejorar las condiciones de vida de la población carcelaria al interior de los establecimientos de reclusión en Colombia.
Se destacó especialmente el arduo trabajo por garantizar los derechos fundamentales de las PPL, realizado por los ‘Cónsules de Derechos Humanos’, cargo que al interior de las cárceles, se encargan de la defensa y seguimiento de las condiciones de habitabilidad, alimentaciòn y salud de población, en pro de mejorar las condiciones de vida.
Siendo el respeto a la dignidad humana el principio rector de toda acción en el ámbito penitenciario, el INPEC ha logrado capacitar al 100% de sus servidores penitenciarios en ‘Las Reglas Mandela’, también conocidas como Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos, para que se conviertan en una guía práctica y accesible dentro de los pabellones de cada centro penitenciario, consolidando un enfoque educativo integral en esta materia.
Una persona puede perder temporalmente sus derechos civiles y políticos, pero nunca pierde su condición de persona humana, teniendo el deber como institución y como estado de garantizarle sus Derechos Humanos, ya que son valores intrínsecos que no pueden verse vulnerados por factores como su condición social, rito religioso, color de piel, raza o ideología.