En el Establecimiento Carcelario de Pensilvania, con el apoyo de la Pastoral Penitenciaria y la Parroquia Nuestra Señora de los Dolores, 37 Privados de la Libertad experimentaron un encuentro con Dios a través del ministerio de Emaús.
Durante un fin de semana, estos hombres tuvieron la oportunidad de hacer retrospectiva sobre su vida en prisión por medio de la fe y la espiritualidad. Muchos de ellos lograron conectarse y ahora buscan dar un nuevo enfoque a su proyecto de vida.
Este espacio de reflexión los ha inspirado a dar un giro hacia la vida en libertad y a contemplar su familia como núcleo y motor de vida, tomando a Dios como un instrumento de cambio.
Los testimonios personales allí experimentados se han convertido en ejes de transformación personal, llenándolos de fe, espiritualidad y amor.