Historia de un pintor privado de la libertad
junio 16, 2020
Nelson Iván Ramírez, oriundo de Salamina (Caldas) estudió en la Escuela de Bellas Artes de Manizales, pero por culpa de las drogas se alejó del arte y cayó en la cárcel.
Estando recluido en el Centro Penitenciario de Salamina conoció a un guardián de apellido Rojas, quien le brindó todo su apoyo para que desarrollara sus habilidades dentro de la prisión.
En el año 2012 fue trasladado al Establecimiento Carcelario de la Dorada y allí inició unos cursos de pintura en el SENA, donde adquirió los conocimientos que hoy en día se ven reflejados en sus obras.
En la Dorada se convirtió en instructor en los talleres, logrando trasmitir sus conocimientos a otros privados de la libertad. Hace algunos meses, antes de iniciar la pandemia por COVID19 de nuevo fue trasladado al Establecimiento Carcelario de Salamina, donde se apegó más a Dios y retomó sus labores como instructor de pintura.
Su objetivo ahora es pasar de enseñar a pintar sobre papel, a pintar sobre lienzo y aunque sabe que es un proceso largo y complicado por la dificultad de conseguir los materiales, ya está trabajando en el tema y así se lo ha hecho saber al director del Establecimiento.
La pintura lo ha ayudado no solo a dejar las drogas, sino a encontrar en ella un proyecto de vida, con sus ventas ha logrado recoger dinero hasta para los gastos de su familia.
Para Iván, la cárcel ha sido su escuela y la pintura su mayor motivación para salir adelante y servir de ejemplo a otros privados de la libertad.